BENIMERINES

COMPARSA BENIMERINES

La Fundación de la Comparsa Benimerines de Elche (1977)
La Comparsa Mora Benimerines de Elche vio la luz oficialmente el 5 de septiembre de 1977, aunque su gestación comenzó algunos meses antes, fruto del entusiasmo de un grupo de amigos festeros decididos a contribuir al crecimiento y popularización de las fiestas de Moros y Cristianos en la ciudad. Su historia es la de un grupo de ilicitanos que, con pocos medios pero con una enorme ilusión, pusieron las bases de una de las comparsas más queridas del bando moro.

El contexto festero y el llamado de Elías Jover
A mediados de los años 70, el movimiento festero en Elche estaba en pleno resurgimiento. Fue en este contexto cuando Elías Jover —una figura clave en la revitalización de las fiestas— realizó un llamamiento público a través de un programa de radio local presentado por Reme Sanz, invitando a todos los interesados en formar parte de una nueva Asociación de Moros y Cristianos a ponerse en contacto con él. Entre quienes escucharon ese mensaje se encontraba Francisco Duque Guerrero, apasionado de la música y de las tradiciones populares, quien decidió responder a la llamada. Tras ponerse en contacto con Elías Jover, Duque recibió la propuesta de colaborar en la creación de nuevas comparsas y, rápidamente, compartió la idea con su amigo Antonio Cabrera Marín, con quien mantenía una estrecha amistad y afinidad festera.

El encuentro fundacional
La reunión clave se celebró en la Academia Europa de Elche, donde se congregaron los primeros interesados en formar nuevas comparsas para dar cuerpo a la futura Asociación Festera. Allí, Cabrera y Duque coincidieron con otros ilicitanos entusiastas —como Guzmán Sepulcre, Herminio Moreno, Ángel Moya, José Amorós y otros— y, en ese ambiente de ilusión compartida, nació la idea de crear una comparsa mora bajo el nombre de Benimerines. El nombre fue escogido en recuerdo de la dinastía bereber de los Banu Marín, originaria del Magreb, que reinó en el norte de África durante los siglos XIII y XIV. Evocaba exotismo, nobleza y raíces árabes, cualidades que encajaban perfectamente con el espíritu que los fundadores querían dar a su comparsa.

Los primeros trabajos y el esfuerzo colectivo
Una vez tomada la decisión, el grupo se lanzó de inmediato a buscar un local donde reunirse. Finalmente, consiguieron un pequeño espacio en el Barrio del Toscar, que se convirtió en la primera kábila de los Benimerines. El local, sin embargo, se encontraba en malas condiciones, y los propios comparsistas se encargaron de limpiarlo y acondicionarlo. Durante tres intensos días de trabajo, retiraron escombros, lavaron el suelo y arreglaron el espacio con medios rudimentarios.

Francisco Duque recordaba con cariño en una entrevista:
“Estuvimos limpiando el local con una pala, un legón y capazos. Lo echábamos todo al furgón de Mármoles Gómez, que luego tuvo que lavarlo 2 veces para quitar el olor agrio. Pero, a pesar del esfuerzo, estábamos felices, porque sabíamos que aquello era el principio de algo grande”. Este espíritu de colaboración, sacrificio y alegría sería, desde entonces, una seña de identidad de la Comparsa Benimerines.

La primera junta directiva
Tras el trabajo inicial, se constituyó formalmente la primera Junta Directiva, que quedó integrada de la siguiente manera:

Presidente: Antonio Cabrera Marín
Vicepresidente: Francisco Duque Guerrero
Secretario: Guzmán Sepulcre González
Vicesecretario: Herminio Moreno Morales
Tesorero: Ángel Moya Lapeña Relaciones
Públicas: José Amorós Micó
Vocales: Gómez Sánchez, Aguiló Selva, Sesé Sánchez, Juan Illán y García Ruiz

Desde el primer momento, se definió un estilo de liderazgo basado en la camaradería y la participación. Nadie era más que nadie: todos eran Benimerines, todos trabajaban por igual. El objetivo inicial era claro: incorporar la comparsa al desfile de Moros y Cristianos de las fiestas de agosto de 1978, aun cuando apenas disponían de tiempo para preparar trajes, música y organización.

El primer desfile
Contra todo pronóstico, lo lograron. En los desfiles de ese año participaron 50 hombres, 25 mujeres y 15 niños, todos desbordantes de ilusión. La primera Sultana fue Mercedes Ricarte, elegida entre las socias fundadoras, y el primer Benimerín de Honor fue Juan Gómez Sánchez, una persona muy querida que brindó su apoyo incondicional al grupo desde el inicio. Aquella primera aparición pública fue modesta, pero profundamente emotiva. Los Benimerines debutaron con un vestuario sencillo, inspirado en atuendos moros tradicionales, y con música interpretada por la banda La Lyra de Rojales, que los acompañó durante los primeros años. El público los recibió con entusiasmo, y su integración en las fiestas fue inmediata. méritos, es nombrado a título póstumo, Presidente de Honor de la comparsa.